Como lector entusiasta de muchos libros de Bill Bryson ("En las antípodas", "En casa", "Una breve historia de casi todo", "Shakespeare", "Historias de un gran país", "Aventuras y desventuras del chico centella"), he de admitir que compro toda novedad editorial que surge firmada por él.
Y que además pregono entre mis amigos y conocidos la bondad de sus libros, tratando de sumar adeptos para la secta.
("Hola, me llamo Javier y soy Brysonhólico").
Generalizando, podría decirse que Bryson tiene dos tipos de libros. Aquellos basados en experiencias personales suyas y aquellos, simplifiquémoslo así, divulgativos.
Una de las cosas me siempre me han llamado la atención de estos últimos es la ingente labor de documentación que hay detrás de cada uno de ellos. Asumo que tiene un amplio número de colaboradores que buscan/recopilan/seleccionan la información, porque no es físicamente posible que un solo ser humano se documente leyendo él solito la ingente bibliografía que acumula cada uno de esos libros divulgativos. (O si lo hace, no tiene vida personal y la última vez en que salió a la calle fue cuando Reagan era aún presidente).
¿Cuál es la clave en mi opinión del éxito de Bryson?
Que todo eso lo hace digerible, fácil y, sobre todo, entretenido.
Entretenido porque salpica todo con un peculiar tipo de humor, básicamente salpimentado de ironía, que vuelve muy interesante la lectura.
Pues bien, quizá en este libro es donde menos he apreciado la presencia de ese humor.
Está, porque estar está. Pero en menor medida que otras veces.
(Hay ingentes datos curiosos y divertidos. Como que la única cura conocida para la calvicie es la castración. Ahí lo dejo, por si algún hombre con problemas de alopecia se aburre especialmente en casa durante algún confinamiento).
¿Esa menor presencia de humor hace menos interesante el libro? No.
¿Lo hace un poco (solo un poco) menos entretenido que otros? En mi opinión sí.
¿Es recomendable leer este libro? Rotundamente sí.
¿Notarás algo de todo esto si es el primer libro que lees de Bryson? En absoluto.
¿Tendrás ganas de leer otro de sus libros tras leerte este? Seguramente sí.
Tal vez no es el Bryson pletórico de otras obras, pero sigue siendo Bryson.
Y por ello mi fe en él no se tambalea.
Y por eso aquí estamos pese a todo, tratando de sumar adeptos para la secta.
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Como lector entusiasta de muchos libros de Bill Bryson ("En las antípodas", "En casa", "Una breve historia de casi todo", "Shakespeare", "Historias de un gran país", "Aventuras y desventuras del chico centella"), he de admitir que compro toda novedad editorial que surge firmada por él.Y que además pregono entre mis amigos y conocidos la bondad de sus libros, tratando de sumar adeptos para la secta.("Hola, me llamo Javier y soy Brysonhólico").Generalizando, podría decirse que Bryson tiene dos tipos de libros. Aquellos basados en experiencias personales suyas y aquellos, simplifiquémoslo así, divulgativos.Una de las cosas me siempre me han llamado la atención de estos últimos es la ingente labor de documentación que hay detrás de cada uno de ellos. Asumo que tiene un amplio número de colaboradores que buscan/recopilan/seleccionan la información, porque no es físicamente posible que un solo ser humano se documente leyendo él solito la ingente bibliografía que acumula cada uno de esos libros divulgativos. (O si lo hace, no tiene vida personal y la última vez en que salió a la calle fue cuando Reagan era aún presidente).¿Cuál es la clave en mi opinión del éxito de Bryson?Que todo eso lo hace digerible, fácil y, sobre todo, entretenido.Entretenido porque salpica todo con un peculiar tipo de humor, básicamente salpimentado de ironía, que vuelve muy interesante la lectura.Pues bien, quizá en este libro es donde menos he apreciado la presencia de ese humor.Está, porque estar está. Pero en menor medida que otras veces.(Hay ingentes datos curiosos y divertidos. Como que la única cura conocida para la calvicie es la castración. Ahí lo dejo, por si algún hombre con problemas de alopecia se aburre especialmente en casa durante algún confinamiento).¿Esa menor presencia de humor hace menos interesante el libro? No.¿Lo hace un poco (solo un poco) menos entretenido que otros? En mi opinión sí.¿Es recomendable leer este libro? Rotundamente sí.¿Notarás algo de todo esto si es el primer libro que lees de Bryson? En absoluto.¿Tendrás ganas de leer otro de sus libros tras leerte este? Seguramente sí.Tal vez no es el Bryson pletórico de otras obras, pero sigue siendo Bryson.Y por ello mi fe en él no se tambalea.Y por eso aquí estamos pese a todo, tratando de sumar adeptos para la secta.
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Revisado en España 🇪🇸 el 15 de diciembre de 2020
Como lector entusiasta de muchos libros de Bill Bryson ("En las antípodas", "En casa", "Una breve historia de casi todo", "Shakespeare", "Historias de un gran país", "Aventuras y desventuras del chico centella"), he de admitir que compro toda novedad editorial que surge firmada por él.
Y que además pregono entre mis amigos y conocidos la bondad de sus libros, tratando de sumar adeptos para la secta.
("Hola, me llamo Javier y soy Brysonhólico").
Generalizando, podría decirse que Bryson tiene dos tipos de libros. Aquellos basados en experiencias personales suyas y aquellos, simplifiquémoslo así, divulgativos.
Una de las cosas me siempre me han llamado la atención de estos últimos es la ingente labor de documentación que hay detrás de cada uno de ellos. Asumo que tiene un amplio número de colaboradores que buscan/recopilan/seleccionan la información, porque no es físicamente posible que un solo ser humano se documente leyendo él solito la ingente bibliografía que acumula cada uno de esos libros divulgativos. (O si lo hace, no tiene vida personal y la última vez en que salió a la calle fue cuando Reagan era aún presidente).
¿Cuál es la clave en mi opinión del éxito de Bryson?
Que todo eso lo hace digerible, fácil y, sobre todo, entretenido.
Entretenido porque salpica todo con un peculiar tipo de humor, básicamente salpimentado de ironía, que vuelve muy interesante la lectura.
Pues bien, quizá en este libro es donde menos he apreciado la presencia de ese humor.
Está, porque estar está. Pero en menor medida que otras veces.
(Hay ingentes datos curiosos y divertidos. Como que la única cura conocida para la calvicie es la castración. Ahí lo dejo, por si algún hombre con problemas de alopecia se aburre especialmente en casa durante algún confinamiento).
¿Esa menor presencia de humor hace menos interesante el libro? No.
¿Lo hace un poco (solo un poco) menos entretenido que otros? En mi opinión sí.
¿Es recomendable leer este libro? Rotundamente sí.
¿Notarás algo de todo esto si es el primer libro que lees de Bryson? En absoluto.
¿Tendrás ganas de leer otro de sus libros tras leerte este? Seguramente sí.
Tal vez no es el Bryson pletórico de otras obras, pero sigue siendo Bryson.
Y por ello mi fe en él no se tambalea.
Y por eso aquí estamos pese a todo, tratando de sumar adeptos para la secta.
Y que además pregono entre mis amigos y conocidos la bondad de sus libros, tratando de sumar adeptos para la secta.
("Hola, me llamo Javier y soy Brysonhólico").
Generalizando, podría decirse que Bryson tiene dos tipos de libros. Aquellos basados en experiencias personales suyas y aquellos, simplifiquémoslo así, divulgativos.
Una de las cosas me siempre me han llamado la atención de estos últimos es la ingente labor de documentación que hay detrás de cada uno de ellos. Asumo que tiene un amplio número de colaboradores que buscan/recopilan/seleccionan la información, porque no es físicamente posible que un solo ser humano se documente leyendo él solito la ingente bibliografía que acumula cada uno de esos libros divulgativos. (O si lo hace, no tiene vida personal y la última vez en que salió a la calle fue cuando Reagan era aún presidente).
¿Cuál es la clave en mi opinión del éxito de Bryson?
Que todo eso lo hace digerible, fácil y, sobre todo, entretenido.
Entretenido porque salpica todo con un peculiar tipo de humor, básicamente salpimentado de ironía, que vuelve muy interesante la lectura.
Pues bien, quizá en este libro es donde menos he apreciado la presencia de ese humor.
Está, porque estar está. Pero en menor medida que otras veces.
(Hay ingentes datos curiosos y divertidos. Como que la única cura conocida para la calvicie es la castración. Ahí lo dejo, por si algún hombre con problemas de alopecia se aburre especialmente en casa durante algún confinamiento).
¿Esa menor presencia de humor hace menos interesante el libro? No.
¿Lo hace un poco (solo un poco) menos entretenido que otros? En mi opinión sí.
¿Es recomendable leer este libro? Rotundamente sí.
¿Notarás algo de todo esto si es el primer libro que lees de Bryson? En absoluto.
¿Tendrás ganas de leer otro de sus libros tras leerte este? Seguramente sí.
Tal vez no es el Bryson pletórico de otras obras, pero sigue siendo Bryson.
Y por ello mi fe en él no se tambalea.
Y por eso aquí estamos pese a todo, tratando de sumar adeptos para la secta.
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Revisado en España 🇪🇸 el 21 de octubre de 2020
Revisado en España 🇪🇸 el 30 de abril de 2020
El contenido es genial, me encanta, de una forma muy amena explica conceptos básicos que ni nos imaginamos que existen (los que no somos médicos claro). Le daria 5 estrellas pero el hecho de la impresión destiña me desanima bastante, en dos de las fotos que he subido podéis ver que la tinta se ha difuminado y manchado la hoja...con el simple hecho de rozarla. Not nice, pero bueno, el libro en sí es una gozada.
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Revisado en España 🇪🇸 el 2 de septiembre de 2021
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